Mº Luz Muñoz // Probablemente la respuesta a esto sea diferente dependiendo del departamento o encargado que la remita. Así pues, un director comercial nos podría decir que el objetivo de una venta sea el de demostrar que nuestros productos son los mejores frente a la competencia, o la del director de Proyectos, focalizar la consecución del trabajo de la manera más rápida y con el menor coste para la organización. Pues bien, cada departamento en su individualidad tiene razón, pero lo que debe tenerse en cuenta es que no somos individuos o departamentos independientes y aislados, sino que todos formamos parte de un gran conjunto. Un conjunto cuyo único fin es conseguir la satisfacción del cliente, aportando todo aquello que solvente sus necesidades.
Aunque no lleve mucho como comercial y me quede mucho por aprender, sé que tengo la base para serlo, porque además de comercial, también he sido, soy y seré cliente de alguien. Por este motivo, mi estrategia principal es la de empatizar y tratar al cliente de la misma manera que me gustaría que me tratasen a mí.
Pero durante este tiempo me he dado cuenta de que para conseguir la confianza en los clientes necesitamos de una unidad empresarial. Este es el fin hacia el cual debe encaminarse cualquier empresa. Da igual que sean pequeñas compañías que multinacionales, si cada departamento trabaja de manera independiente sin interactuar en la trazabilidad de las operaciones, a la larga ésta acabara mermando la posibilidad de conseguir una confianza plena.
¿Cuántos de vosotros no habéis rehusado el comprar una marca porque el servicio técnico es deficiente o porque no hay manera de que en atención al cliente nos cojan el teléfono o simplemente que el departamento de logística nos confirme el plazo de entrega del material que hemos pedido?
‘Tener un buen producto es mucho a tu favor, pero si a su vez dispones de un buen equipo es aún mejor’.
En una venta todos ‘somos uno’. Todos somos participes de su éxito independientemente del departamento al que pertenezcamos, desde la persona comercial que es la que da la cara y prepara el terreno para llegar a un acuerdo con el cliente, hasta el personal contable que le remite finalmente la factura.
La confianza en un cliente es difícil de ganar y fácil de perder. Debemos estar atentos y expectantes e intentar por todos los medios coordinarnos para cumplir lo prometido al cliente y trabajar enérgicamente bajo el mismo objetivo.
Para cultivar esa confianza, la dinámica en una empresa debería ser el conseguir un buen trabajo en equipo, infundiendo valores como:
- Profesionalidad. Enfocarse en hacer bien el trabajo mediante positividad, motivación e incentivos.
- Comunicación y diálogo en el desarrollo de los proyectos.
- Responsabilidad en lo que haces, dándote cuenta de que tu falta de interés o cumplimiento en la tarea que desarrollas puede afectar al resto de empleados.
- Compañerismo. Intentar facilitar el trabajo de tus compañeros, suministrando las herramientas o información necesarias para que puedan avanzar en su trabajo. Intenta tratarlos como si fueran clientes tuyos.
- Trabajar por la coordinación.
¿Qué se necesita para ganar la confianza de un cliente? Yo diría que remar todos en el mismo sentido, ser un único ente… en definitiva, hacerle ver que toda nuestra organización ‘somos uno’.
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